Document 1
Luego de siete largos años de rígida dictadura comunista, el 23 Octubre de 1956 una manifestación estudiantil encendió la mecha de lo que sería una de las rebeliones más sangrientas de la Historia. Stalin había muerto tres años antes y en 1956 Nikita Khrushchev había pronunciado ante el XX Congreso del Partido Comunista su famoso discurso criticando al otrora hombre fuerte de la URSS con lo que se despertaron expectativas de una apertura del régimen hacia formas menos dictatoriales.
Se había iniciado la "desestalinización" del comunismo soviético. La represión comenzaba a debilitarse en Rusia y los líderes comunistas de los países satélites – como Gomulka en Polonia, o Nagy en Hungría – creyeron llegado el momento de, al menos, aligerar en algo la presión que la URSS ejercía sobre Europa Oriental.
Desatada y en buena medida conducida por estudiantes e intelectuales, la Revolución Húngara de 1956 comenzó espontáneamente. Sin embargo, los soviéticos consideraron que, si bien habían podido retener el control real sobre Polonia, en el caso húngaro podían llegar a perderlo. En consecuencia, mandaron sus tanques y, literalmente, ahogaron la revolución en sangre. Los revolucionarios húngaros, a pesar de su manifiesta inferioridad de condiciones, pelearon con un valor y una determinación que sorprendió al mundo entero, incluso después de pedir desesperadamente ayuda a un "Mundo Libre" que los había alentado con las transmisiones de la radio Free Europe desde Munich pero que luego consideró más importante al conflicto del Medio Oriente cuando Israel, Francia e Inglaterra atacaron a Egipto el 29 de Octubre de 1956 abandonando así a Hungría a su propia suerte.
Font (Fragments de): http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages/MartosDenes/Hungria1956/Hungria1956.htm
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Document2
La Revolución Húngara de 1956 sacó a decenas de miles de personas a las calles a protestar contra la dominación soviética y a reclamar libertades civiles.
Al intentar aplastar la rebelión, los tanques de la URSS encontraron una tenaz resistencia por parte de personas que portaban armas ligeras y cocteles Molotov.
El estimado de muertos durante la insurrección varía entre 2.000 y 5.000 y hasta 200.000 personas escaparon de Hungría, que permaneció en la órbita soviética hasta el colapso del comunismo, en 1989.
Font (Fragments de): http://www.bbc.co.uk/spanish/specials/1639_hungria_test/
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Document 3
La Revolución húngara de 1956 fue un movimiento revolucionario espontáneo de alcance nacional contra el gobierno de la República Popular de Hungría y sus políticas impuestas desde la Unión Soviética, que duró desde el 23 de octubre hasta el 10 de noviembre de 1956.
Desde el discurso secreto de crítica a los excesos de Stalin realizado por su sucesor al frente de la URSS Nikita Kruschev en el XX Congreso del PCUS, el pueblo húngaro había solicitado continuamente la libertad necesaria para elegir su propio sistema político, alejado del comunismo.
En octubre de 1956 (…)se organizaron en milicias para combatir a la Policía de seguridad de Estado (ÁVH) y a las tropas soviéticas. Comunistas pro-soviéticos y miembros de la ÁVH fueron a menudo ejecutados o encarcelados, a la vez que antiguos prisioneros políticos fueron liberados y armados. Consejos improvisados arrebataron el control municipal al Partido comunista húngaro y exigieron cambios políticos. El nuevo gobierno encabezado por Imre Nagy disolvió formalmente la ÁVH, declaró su intención de retirarse del Pacto de Varsovia y prometió restablecer las elecciones libres. Para fines de octubre, los combates casi habían cesado y comenzó una sensación de normalidad
Aprovechando que Occidente se encontraba dividido a causa de la crisis de Suez, el 4 de noviembre de 1956 el ejército soviético invadió Budapest y otras regiones del país. La resistencia húngara continuó hasta el 10 de noviembre. Más de 2.500 húngaros y 722 soldados soviéticos perecieron en el conflicto y unos 200.000 húngaros huyeron en calidad de refugiados. Los arrestos masivos y las acusaciones continuaron por meses. Para enero de 1957, el nuevo gobierno instalado por los soviéticos y liderado por János Kádár había reprimido toda oposición pública.
Font (Fragments de): http://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_h%C3%BAngara_de_1956
Document 5
Antecedentes
El estado obrero húngaro fue más el resultado del avance del Ejército Rojo a la salida de la Segunda Guerra Mundial sobre los países del este de Europa que de la propia actividad revolucionaria de las masas húngaras. De esta manera, a través de un proceso que puede denominarse de revolución pasiva proletaria o de revolución socialista desde arriba, surgió un estado obrero deformado.
Esto quiere decir que la expropiación de los capitalistas y terratenientes, llevada adelante por el Ejército Rojo, fue complementada con la formación de una burocracia satélite de Moscú que garantizaría la subordinación de la clase obrera húngara a la burocracia soviética.
La revolución húngara volverá a poner de relieve dos aspectos centrales: la lucha contra la opresión nacional por parte de los rusos y la lucha por la democracia obrera contra la burocracia stalinista húngara, satélite de la burocracia moscovita.
El proceso comienza entre el 21 y 23 de octubre de 1956. Con un profundo odio hacia las tropas rusas como trasfondo, en las fábricas empiezan a surgir las asambleas para discutir problemas de abastecimiento, salariales y de democratización sindical. Los estudiantes secundarios y universitarios empiezan a movilizarse. Las reivindicaciones abarcan desde la supresión de la pena de muerte y el establecimiento de la libertad de prensa hasta la retirada de las tropas soviéticas y la sustitución de Rakosi por Nagy en la secretaría general del Partido Comunista.
Nagy, representante de una corriente reformista nacionalista, hacia fines de octubre forma un nuevo gobierno, que el movimiento de masas considera una conquista. Pero a diferencia de Nagy, preocupado por encausar el proceso en los marcos de una autorreforma del régimen, la clase trabajadora quiere profundizar el proceso revolucionario. Las movilizaciones de masas, los ataques a los locales del PC, los juicios populares contra dirigentes stalinistas y los ataques contra las tropas rusas convergen en una huelga general insurreccional que conmoverá los cimientos del régimen stalinista. Los consejos obreros se extienden por todo el país y empiezan a tomar funciones de un poder fabril y territorial.
Frente a la presión de las masas, Nagy declara el abandono del pacto de Varsovia, que subordinaba Hungría a la URSS. La respuesta rusa no se hace esperar. Nagy será detenido por las tropas rusas, instalándose el gobierno títere de Janos Kadar que, fingiendo estar abierto a negociar con los consejos para atender sus demandas, abre la puerta a la brutal represión del Ejército “Rojo”.
El desarrollo de los consejos obreros es el elemento más avanzado del proceso húngaro. Habiendo surgido como una iniciativa de la burocracia de los sindicatos y de la administración de los complejos industriales para conservar el control sobre los obreros, los consejos son rápidamente transformados en organismos centralizadores de la lucha de masas por el proletariado, que desplaza a los burócratas y elige sus propios representantes.
Los delegados obreros de las distintas secciones componían el consejo de fábrica. Éstos se coordinaban a través de consejos de distritos. Así surgirá el Consejo Central del Gran Budapest, jugando un papel de avanzada ante la ausencia de un organismo de verdadero alcance nacional. Las peticiones de los consejos, además de la reinstalación de Imre Nagy en el gobierno, serán: “retiro de las tropas soviéticas, elecciones mediante escrutinio secreto en base al sistema multipartidario, formación de un gobierno democrático, propiedad realmente socialista de las fábricas y de ninguna manera capitalista, mantenimiento de los consejos obreros, restablecimiento de los sindicatos independientes [...] respeto al derecho de huelga, libertad de prensa, de reunión, de religión, en suma todos los grandes objetivos de la revolución.”
Cuando los delegados del Consejo del Gran Budapest leyeron a Kadar estas reivindicaciones, éste respondió furioso “Entonces lo que ustedes quieren es un contragobierno” Efectivamente los consejos, haciéndose cargo tanto de la continuidad de las medidas de lucha como de mantener la producción en las fábricas, tendían a aglutinar a toda la Hungría obrera y popular, concentrando todas sus reivindicaciones. Estos organismos de poder obrero son los que Nagy no pudo contener y Kadar se apresuró a aplastar con ayuda de los tanques rusos.
El surgimiento de la dualidad de poderes planteaba la siguiente alternativa: o el proletariado y las masas oprimidas llevaban el proceso revolucionario hasta el final, barriendo a la burocracia e instaurando la democracia obrera de los consejos; o el núcleo duro de la burocracia del PC húngaro, apoyándose en las bayonetas soviéticas asestaba una derrota a la clase obrera, recrudeciendo el dominio burocrático. Finalmente se impuso la segunda alternativa; [esto se debió a] la inexistencia de un partido revolucionario que diera una estrategia independiente, impulsara la extensión y centralización nacional de los consejos obreros y se planteara la conquista del poder para restablecer la democracia obrera sobre la base de la economía planificada (proceso que Trotsky denominaba de revolución política).
Font (Fragments de):http://www.pts.org.ar/Revolucion-en-Hungria-1956
Document 6
En la Segunda Guerra Mundial, Hungría luchó del lado fascista, con la formación de tres divisiones de las SS (…) En los años 44-45 las tropas húngaras fueron derrotadas y el territorio fue ocupado por las tropas soviéticas. Tras el final de la guerra, se celebraron elecciones libres, de acuerdo con los acuerdos de Yalta, donde obtuvo mayoría el Partido de los Pequeños Propietarios; sin embargo el gobierno de coalición impuesto por la comisión de control de los aliados, que estaba encabezada por el veterano mariscal soviético Voroshilov, dio a los vencedores la mitad de los puestos del gabinete, mientras que los puestos clave se dejaron en manos del Partido Comunista Húngaro. Los comunistas, contando con el apoyo de las tropas soviéticas apostaron por la vía no democrática y en 1947 convocaron nuevas elecciones.
En Hungría se instauró el régimen de Matyas Rakosi. Se llevó a cabo una colectivización forzosa, la AVH (seguridad del estado) reprimió a la oposición, a la iglesia, a los oficiales y políticos del viejo régimen, y demás enemigos del nuevo gobierno. (…) En 1951-52 el suministro obligatorio previsto, recayó como un pesado fardo sobre los hombros de los campesinos, y Nagy –antes enemigo de la colectivización- escribía un artículo tras otro, insistiendo en la obligatoriedad de cumplir los planes. Todas las desviaciones en el desarrollo de la economía y las torpezas en la colectivización, con el concurso de Nagy, condujeron a Hungría a la crisis del 56
(…) [en los acontecimientos de 1956] un enorme papel jugó la actividad subversiva de los servicios secretos occidentales, especialmente del británico MI-6, encargado de preparar a numerosos cuadros de los “rebeldes populares” en sus bases secretas de Austria a los que luego introducían en Hungría. Finalmente, el 23 de octubre comenzó una manifestación, en la que participaron decenas de miles de personas, estudiantes y destacados intelectuales. Los manifestantes portaban banderas rojas, pancartas con lemas sobre la amistad soviético-húngara, peticiones de incluir en el gobierno a Imre Nagy, etc. En las plazas del Quince de marzo y Mari, y las calles de Kossuth y Rakosci, se les unieron manifestantes radicales, que gritaban consignas totalmente distintas. Exigían la restauración del antiguo escudo nacional, la recuperación de la antigua fiesta nacional, en lugar de la celebración de la liberación del fascismo, y la supresión de las clases de ruso. También exigían la celebración de elecciones libres, la creación de un gobierno encabezado por Nagy y la salida de las tropas soviéticas de Hungría.
(…) El país estaba dividido. Había un grupo importante de “auténticos húngaros”, representantes de las capas burguesas y de un aparte de la intelectualidad, que defendían su visión, como se diría ahora desde “posiciones imperiales”, había una gran parte de comunistas pro-soviéticos, y había por último un grupo bastante numeroso de horthystas- nazis de cuño húngaro, ocultos a la espera de su momentoLas tropas fueron extremadamente moderadas. En unas condiciones de zozobra e indecisión de los dirigentes de la URSS, por orden del 30 de octubre, los soldados soviéticos, tenían prohibido repeler los disparos, “caer en provocaciones” y salir de su ubicación. Todas las tropas fueron conducidas a sus emplazamientos. Las calles quedaron sin gobierno. Comenzó el derramamiento de sangre. Se ejecutaban a comunistas, miembros del AVH, y militares húngaros que se negaban a subordinarse.
Está perfectamente constatado que como resultado de los sucesos de 1956 en Hungría murieron 2740 personas, hubo 25 000 represaliados y 200 000 huyeron del país. Se considera que a todos ellos, a esos 2740, los aniquilaron los “ocupantes soviéticos”. Algo que poco tiene que ver con la realidad. Según los datos con los que contamos, entre el 23 de octubre y el 31 de diciembre de 1956, a raíz del levantamiento y los enfrentamientos que le sucedieron, cayeron de ambos bandos 2652 ciudadanos húngaros y 19226 resultaron heridos. Las pérdidas del lado soviético ascendieron a 720 soldados muertos, 1540 heridos, y 51 desaparecidos.
Valga como comparación: dos años antes de los sucesos de Hungría, el ejército francés comenzó una operación de castigo en Argelia, durante la que morirían -hasta 1962- un millón de argelinos. A nadie le vino a la cabeza entonces acusar de criminales a los franceses. Tuvieron que pasar más de 40 años para que se desatase el escándalo.
Font (Fragments de):http://www.forocomunista.com/t3061-hungria-1956-revolucion-o-contrarrevolucion-analisis-e-informacion
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Document 7
Ya en 1956, las mentiras más rastreras circulaban tanto al Este como en el Oeste. Según el Kremlin, y sus voceros occidentales, los PC de Europa, los acontecimientos de Hungría no eran sino una “insurrección fascista” manipulada por los “imperialistas de occidente”. Para los estalinistas de entonces, además de la necesidad de encontrar un pretexto para aplastar al proletariado húngaro con los tanques rusos, había que mantener ante los obreros del Oeste, la ilusión sobre el carácter “socialista” del bloque soviético y evitar a toda costa que reconocieran en el levantamiento de sus hermanos húngaros la expresión de una lucha proletaria.
A la insurrección húngara unos la disfrazaron de “obra de bandas fascistas a sueldo de Estados Unidos” mientras que para los otros, la burguesía del bloque occidental, era una lucha por “el triunfo de la democracia”, “de la libertad” y de la “independencia nacional”. Esas dos mentiras se completan para ocultar a la clase obrera su propia historia, pero será la versión del combate patriótico en el que se mezclan todas las clases en el “ardor popular” por la “victoria de la democracia” la que acabará siendo el eje único de la propaganda burguesa, apoyada después en la exposición de los crímenes del estalinismo sobre todo después del desmoronamiento del bloque del Este.
De ese modo, desde hace 50 años, la clase dominante echa un tupido velo sobre el actor principal del levantamiento, la clase obrera y su motivación, que, muy lejos de la resistencia nacional y el amor por la patria, intentaba ante todo resistir a las terribles condiciones de vida que le imponía [el gobierno stalinizado].
(…)La revuelta contra la miseria, el hastío por las condiciones de explotación y el terror estalinista son factores de primer orden para explicar la resistencia tenaz de los obreros húngaros. Pero hay que añadir otro factor importantísimo: el que aquella revuelta se organizara mediante consejos obreros. (…) Desde el 25 de octubre de 1956, las ciudades de Dunapentele, Szolnok (gran nudo ferroviario del país), Pécs (en las minas del Sureste), Debrecen, Szeged, Miscolk, Györ, son dirigidas por consejos obreros que organizan el armamento de los insurgentes, el abastecimiento y plantean reivindicaciones económicas y políticas.
los consejos formaban y controlaban las milicias obreras, repartían las armas (bajo control de los obreros de los arsenales), y exigían la disolución de algunos organismos del régimen. El 3 de noviembre, el consejo de Ujpest impulsa la creación de un gran consejo para toda la capital y así nace el Consejo central del Gran Budapest. Pero para los obreros húngaros, el papel político de los consejos, a pesar de ser algo central en esos órganos destinados a la toma del poder, sólo era como una especie de remedio momentáneo, en espera que [ los políticos] agarraran las riendas del poder. Nos topamos aquí con uno de los límites más importantes del levantamiento: el débil nivel de conciencia del proletariado húngaro, el cual, sin perspectiva revolucionaria y el apoyo de los obreros de los demás países, no podía hacer milagros. (…) Sería erróneo identificar la gran combatividad de los obreros húngaros como una manifestación patente de conciencia revolucionaria. (…) los consejos no ponen en ningún momento en entredicho al Estado. El Estado capitalista no es amenazado en su existencia.
En 1956, los consejos llegarán incluso a enterrarse a sí mismos definiéndose como simples órganos de gestión económica de las fábricas:
“Nuestra intención no era pretender tener un papel político. En general, nos parecía que del mismo modo que se necesitan especialistas para dirigir la economía, también la dirección política debe ser asumida por expertos” (Ferenc Töke).
A veces, incluso, se identifican con una especie de comité de empresa:
“La fábrica pertenece a los obreros, éstos pagan al Estado el impuesto calculado en función de unos dividendos establecidos según los beneficios …el consejo obrero zanja en caso de conflicto, sobre los contratos y los despidos” (resolución del consejo del Gran Budapest).(…) Los obreros húngarosposeen una conciencia de clase muy debilitada. Les consejos surgen, pero su vocación, que es la toma del poder, está inevitablemente ausente-.
A partir de ahí, les es mucho más fácil a los servidores del Estado y a los intelectuales encerrar a los obreros en la prisión de las ideas nacionalistas, y a los tanques rusos aplastarlos.(…) En efecto, a pesar de todas las debilidades de la clase obrerael aplastamiento del proletariado húngaro estuvo a la altura del pánico que a la burguesía inspira cualquier expresión de la lucha proletaria.
Para Moscú se trata evidentemente de poner firmes a sus satélites y que olviden sus veleidades independentistas pero se trata ante todo de cortar de raíz todo árbol que recuerde la amenaza proletaria y su símbolo, el consejo de obreros. El bloque de las grandes democracias, por su parte, dará su consentimiento a la represión [no interviniendo].
Font (Fragments de): http://es.internationalism.org/revista127-hungria
Document 8
Con la muerte de Stalin en 1953, seguía el dominio de la URSS sobre sus aliados de la Europa del Este, con continuas represiones tras cualquier huelga, protesta o revuelta que se produjese. El mejor ejemplo de esta política fue la intervención de Hungría en 1956 que acabó con una revuelta anticomunista. Los tanques soviéticos invadieron Budapest y restablecieron la situación anterior. Más de 200.000 húngaros se exiliaron a Occidente. Los países del bloque occidental no intervinieron, por lo que esta crisis supuso el reconocimiento y la consolidación del reparto y esferas de influencia en el continente europeo.
Font (Fragments de): http://laguerrafriafsc.blogspot.com.es/2012/05/6-la-revolucion-de-hungria-1956.html
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Document 9
Una historia qua quizás pueda parecer lejana pero cuya importancia no puede ser desmerecida, de entrada porque contribuye a comprender mucho mejor el “fracaso del socialismo”, un ideal que, al decir de los obreros polacos, había sido un buen invento pero que había sido mal aplicado. El socialismo es inherente a la libertad, y esto lo tuvieron claro los trabajadores, los estudiantes y los intelectuales obreros húngaros que en pleno fervor revolucionario descabezaron las odiosas estatuas de Stalin, momento que quedó inmortalizado en unas fotos que nos hablaban de la víspera de nuestro tiempo: de la crisis irreversible del estalinismo. Un desastre o un desvío de una revolución que podía haber sido muy diferente...
La conmoción provocada por el XX Congreso del PCUS, con el inaudito “Informe Kruschev” sobre los crímenes de Stalin, a pesar de sus contradicciones y limitaciones, sirvieron para legitimar en cierta medida el movimiento de protesta que, en el verano de 1956, afectaba en Hungría a todos los grupos sociales y en especial a estudiantes e intelectuales Las voces más numerosas reclamaban medidas urgentes para corregir el modelo socialista. (…) En la manifestación del 56 se confundieron distintas corrientes, desde comunistas, anticomunistas, demócratas, liberales, socialdemócratas, hasta nostálgicos horthystas, y confluyeron las insatisfacciones materiales derivadas de la industrialización acelerada y la crítica al sistema de poder responsable de la anterior. El denominador común de los manifestantes radicaba en la defensa de un patriotismo independiente y soberano.….. También se dio lectura al manifiesto reivindicativo de los estudiantes. Era una carta de 16 puntos en la que, entre otras exigencias, se formulaba la necesidad de evacuación de las tropas soviéticas, la reconstitución del Gobierno bajo la dirección de Imre Nagy y la expulsión de los estalinianos, elecciones generales con sufragio universal y secreto y participación plural de partidos, derecho de huelga para los trabajadores, revisión de los tratados soviéticohúngaros, de los procesos político y económico, y rehabilitación de las víctimas del rakosismo además, por supuesto, de proclamar la solidaridad con el pueblo polaco.
Los trabajadores se pusieron en pie y la huelga general empezó espontáneamente en Budapest el día 24 , y en los días siguientes se propagó al resto del país. En casi todas las ciudades y pueblos de Hungría se constituyeron, a veces de modo violento pero las más de forma pacífica, comités y consejos revolucionarios que asumieron el poder llevados por un irresistible espíritu de antiautoritarismo (Feher-Heller). estas instituciones, surgidas de modo espontáneo, sobresalieron los Consejos Obreros, elegidos en el plazo de sólo dos días (26-28 de octubre) en todas las fábricas del país. El día 31 de octubre se reunió en Budapest un Parlamento de los Consejos Obreros, en el que estuvieron presentes delegados de las fábricas más importantes del país, que aprobó una declaración de los derechos y deberes de los nuevos organismos. Aquella carta transformaba radicalmente la organización de la fábrica impuesta por el régimen rakosista. En la misma se afirmaba, en efecto, que la fábrica pertenecía a los trabajadores, y que su control estaría en manos de un Consejo Obrero elegido democráticamente por éstos.No obstante, la acción revolucionaria de los Consejos y Comités no iba contra el Estado, sino contra la forma totalitaria del Estado y su sumisión a la Unión Soviética. El programa aprobado por el Consejo Obrero y el Parlamento de estudiantes de Miskolc alcanzó un cierto carácter representativo. Se pedía en él la formación de un gobierno provisional, democrático, soberano e independiente, con exclusión total de los rakosistas, y fundamentado en el Partido Comunista Húngaro y en el Frente Popular; elecciones generales, libres, y con participación plural de partidos; retirada inmediata de las tropas soviéticas; reconocimiento de las reivindicaciones formuladas por los Consejos Obreros y Parlamentos de estudiantes de todo el país; abolición de la policía de seguridad del Estado (AVH), y reorganización de las fuerzas armadas (milicia y ejército regular); en fin, la amnistía completa para los patriotas que habían participado en la revolución….. Con estas nuevas instituciones, la revolución se encaminaba hacia una Hungría libre, independiente, democrática y socialista, emitía Radio Budapest.
Semejante propuestas, aunque finalmente fueron plenamente asumidos por Nagy, no los compartieron, sin embargo, ni el Kremlin, ni aquellos húngaros partidarios de un nacionalismo radical, antisemita y conservador. En esta línea, el papel desarrollado por Radio Europa (que se emitía en húngaro desde Munich por refugiados al servicio de la CIA) fue en alto grado desestabilizador al concentrar sus acusaciones en los que denominaba estalinistas ocultos, y en especial en Imre Nagy, a quien presentaban como un traidor y un asesino del pueblo (27 de octubre). Aquí entra la poderosa Iglesia católica, y en su emisión del 31 de octubre, Radio Europa Libre se refería al cardenal Jozsef Mindszenty como el más legítimo jefe del movimiento nacionalista húngaro (…) también se pedían elecciones bajo control internacional, situándose el primado al margen de los partidos y por encima de ellos; se defendía el derecho de propiedad equitativamente limitado por los intereses sociales, y la preocupación por preciadas instituciones con un gran pasado, concluyendo el cardenal con la petición del restablecimiento inmediato de la libertad de enseñanza religiosa, así como la restitución de las instituciones y asociaciones de la Iglesia católica, incluida su prensa.
El 30 de octubre, Nagy reconoció lo que venía siendo un hecho desde el 23 de octubre, el final del partido Único, y anunció un Gobierno de coalición, semejante al de 1945, y el inicio de conversaciones con la Unión Soviética para la evacuación de sus tropas (los últimos tanques soviéticos salieron de la capital el 31 de octubre, pero no del país) y declarar la neutralidad de Hungría, Mientras sucedían estos acontecimientos en la capital, nuevas tropas soviéticas empezaron a entrar en el país sin haber mediado en esta ocasión petición alguna por parte del Gobierno nacional
Esta segunda invasión soviética de Hungría se vio facilitada en el contexto internacional al coincidir con la acción francobritánica contra Suez, que suscitó graves divergencias entre Washington y sus principales aliados en Europa. A pesar de las declaraciones del presidente Eisenhower en favor de la causa húngara, y de la propaganda norteamericana que sembró la esperanza en los ánimos de los revolucionarios de una ayuda de Occidente, los EE.UU. no hicieron nada más que plantear, sin mucha convicción, el problema en el Consejo de Seguridad de la ONU, y facilitar la acogida de refugiados. Los acuerdos de Yalta estaban vigentes y limitaban su esfera de acción al ser Hungría un asunto del bloque oriental. Y ninguna de las grandes potencias estaba dispuesta a correr riesgos innecesarios sometiendo a revisión el statu quo surgido de la Segunda Guerra Mundial. Ante tales circunstancias, el inoportuno ataque anglo-francés contra Egipto a partir del 31 de octubre con el pretexto de la nacionalización del canal de Suez, proclamada por Nasser a finales de julio, esfumó las esperanzas de una ayuda occidental a Hungría al romper la unidad de los países de la OTAN, situar a la URSS y EE.UU. en el mismo bando de defensa de la paz mundial, y desacreditar en adelante cualquier manifestación prohúngara proveniente de las agresoras Gran Bretaña y Francia. La invasión militar soviética de Hungría fue también apoyada por la casi totalidad de los partidos comunistas de los países occidentales.
El último gobierno de coalición formado por Nagy hizo público el 3 de noviembre su firme propósito de impedir la restauración del capitalismo en Hungría, pero también de defender con el mismo ahínco las conquistas de la revolución, en particular la independencia nacional, la neutralidad y la construcción del socialismo sobre una base democrática
(…)
El régimen neoestalinista de Kadar, después de una primera etapa de brutal represión, se fue consolidando en los años siguientes. …Gracias a la coyuntura mundial favorable de los años sesenta, a la ayuda económica de la Unión Soviética, y a la flexibilidad introducida en el sistema de planificación, el Gobierno fue capaz de mejorar sustancialmente el nivel de vida de las gentes, sobre todo en comparación con los otros países de la Europa del Este. La estabilidad del régimen quedó asegurada por un sistema de opresión que abandonó el estalinismo más duro, y se aplicó únicamente a los que desobedecieran las órdenes del Gobierno.
Font (Fragments de): http://www.fundanin.org/gutierrez39.htm
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Document 10
Washington – El presidente Bush firmó una proclamación el 18 de octubre para conmemorar el 50 aniversario de la revolución húngara ….La proclamación designa el 23 de octubre como día de reconocimiento en honor de los miles de estudiantes y trabajadores húngaros que comenzaron la revuelta por la libertad aquél día de 1956. (…) En respuesta, el ejército soviético lanzó una ofensiva militar masiva causando grandes muertes y destrucción. Se cree que 30.000 personas fueron muertas sólo en Budapest y que alrededor de 200.000 húngaros intentaron obtener asilo político en el oeste. Nagy y otros funcionarios fueron arrestados y ejecutados.
“La historia de la democracia húngara representa el triunfo de la libertad sobre la tiranía” declara la proclama presidencial. “Aunque los tanques soviéticos destrozaron brutalmente el levantamiento húngaro, la sed de libertad pervivió y en 1989 Hungría se convirtió en el primer país comunista de Europa que llevó a cabo la transición a la democracia. La lección de la experiencia húngara está clara: la libertad se puede postergar, pero no denegar”.
Font (Fragments de):
http://iipdigital.usembassy.gov/st/spanish/article/2006/10/20061019153143lmthceps0.1654474.html#axzz2u5z3L5gX
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Document 11
Carta de N.A. Bulgarin, president del Consell de Ministres soviètic, al primer ministre britànic, A. Eden. Novembre del 1956.
En la seva carta vostè comenta la situació d’Hongria. Pensem que això és un estratagema que utilitza per desviar l’atenció internacional davant l’agressió anglofrancesa contra Egipte [...].
Això no obstant, podem informar-lo que, tot i que s’han mobilitzat les forces més fosques amb l’objectiu de destruir l’ordre democràtic a Hongria, els seus esforços han fracassat totalment. Les activitats d’aquestes conspiracions reaccionàries han tingut un cost per al poble hongarès de sacrifici i greus pèrdues. Els obrers i els camperols d’Hongria, tots els ciutadans hongaresos, han acabat amb la reacció i han protegit amb honor els èxits del sistema de democràcia popular. [...]
És natural que, observant aquesta gran amenaça per a la nació, el Partit Revolucionari Hongarès d’Obrers i Camperols s’adrecés a la Unió Soviètica a la recerca d’ajut. Pensem que la nostra obligació és prestar-li assistència en un cas com aquest, de la qual cosa ens sentim orgullosos. [...]
Font: SÈRIE 5 PAAU. LOGSE. Curs 1998-99 HISTÒRIA DEL MÓN CONTEMPORANI
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El llistat cronològic ha d'indicar els fets que van passar (sense interpretació), per exemple:
data |
fets |
23 de Octubre 1956 |
- Estudiants de la Universitat Politècnica de Budapest inicien una marxa.
- Grips d' ntel.lectuals i obrers s'afegeixen a la manifestació..
- Hores després una multitut es congrega davant el Parlament i Nagy els fa un discurs.
- Un grup de persones enderroca una estàtua de Stalin.
- A la nit, els manifestants es dirigeixen a la Radio Hongaresa on hi ha un enfrontament amb la policia política (AVH), tenint com a resultat desenes de morts.
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24 de Octubre 1956 |
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